La primera y última carta de los arcanos
mayores es el Loco, representa el inicio y el fin del viaje, del espíritu, del
aprendizaje. Esta carta contiene el inicio de todo aprendizaje y de nuestra vida,
donde en esa pequeña mochila se encierran todos los elementos, todo lo necesario
para aprender, pero no se sabe usar nada. El loco simplemente va por ahí sin
pensar en lo que hace, enamorado de la vida y de las situaciones, no se da
cuenda de lo que está pasando ni atrás ni adelante de él. Pero, así mismo
contiene el fin, ese momento en el que ya se ha sabido todo, se han pasado
adversidades, se ha reflexionado y se ha aprendido, el Loco representa el fin,
en el momento que queremos volver al inicio y recuperar esa inocencia y esas
virtudes que se tienen al no saber las cosas o al saberlo todo, dominarlo y
tener esa esencia especial.
En el fondo cada quien quiere ser un poco
esta carta. Pues todos queremos ser libres por nosotros mismos, es decir no
presionarnos por nada, porque muchas veces quienes atormentamos nuestras
propias vidas somos nosotros mismos, donde nos estresamos y llevamos cargas que
no nos corresponden. El Loco no tiene nada de eso, el está en un estado de despreocupación
infinita llegando al extremo, donde va a caer pero no se da cuenta, pues está distraído contemplando el paisaje.
A veces podemos ver en esta carta lo difícil
del enamoramiento (no solo de otra persona), porque algunos se enceguecen y se
mienten a si mismos. Y así, caen en peligros muy graves pero simplemente están
como el Loco, Sabiéndolo todo pero no haciendo nada, enceguecidos y a punto de
caer.
Algunas personas ubican a el Loco como una transición
entre los arcanos mayores y menores, como si fuera una tercera parte en la
baraja. Esta carta es muy importante y no debe ser subvalorada como algunas
personas la ven. Además tiene un contenido muy bonito que nos recuerda la
inocencia de un niño y sus virtudes, la sabiduría de un anciano y la
despreocupación y la tranquilidad en un sentido muy elevado.
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